Brasil

Después de más de 20 años de dictadura militar, la redemocratización de Brasil puede ser caracterizada como un período de gran efervescencia política en torno, sobre todo, de la nueva Constitución Federal.

La Constitución de 1988, elaborada por medio de una Asamblea Constituyente, es fruto de un rico proceso participativo, garantizando un amplio rol a los derechos civiles, políticos y sociales. La nueva Constitución también se caracteriza por conceptos relacionados con la implementación de mecanismos participativos en las tres esferas de la federación, iniciando un nuevo horizonte de prácticas participativas en el país.

El período de redemocratización y la propia elaboración de la Constitución fueron procesos marcados por una amplia participación de partidos políticos, movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil, contribuyendo a una mayor participación e inclusión política en el delineamiento de las estructuras democráticas entre el Estado y la sociedad.

La inclusión de formatos participativos y deliberativos en la Constitución de 1988 posibilitó el desarrollo de las llamadas "innovaciones democráticas". Desde entonces, Brasil se destaca entre otros países por su alto nivel de experimentalismo democrático en lo que se refiere al desarrollo de innovaciones democráticas.

Desde la creación del Presupuesto Participativo en Porto Alegre en 1989, varias formas de participación se están volviendo cada vez más comunes en los gobiernos municipales, estaduales y federal, consolidando las innovaciones democráticas como un aspecto constitutivo de la democracia brasileña.

Con la expansión del uso comercial de internet y de las iniciativas de gobierno digital a partir de los años 2000, se puede observar el comienzo de las innovaciones democráticas digitales en el país. Estas han empezado a aumentar significativamente a partir de 2009. Las innovaciones digitales son igualmente presentes a nivel nacional como a nivel local, indicando que las nuevas tecnologías pueden contribuir a ampliar la participación y, posiblemente, impactar en la democracia a gran escala.

Las innovaciones digitales son un importante espacio de co-gobernanza: en una parte signitifcativa de los casos, los gobiernos y los ciudadanos se reúnen en el proceso político, independientemente de quién ha desarrollado o ha iniciado la innovación. El gobierno es, sin embargo, el mayor responsable de las iniciativas de democracia digital en el país, estando a cargo de una significativa parte de las iniciativas de participación digital. Sin embargo, las organizaciones de la sociedad civil presentan cada vez más iniciativas, a medida que van concretando asociaciones con gobiernos, organizaciones internacionales y privadas.

Las innovaciones democráticas más importantes en el país son, a nivel nacional, los Consejos Nacionales de Políticas Públicas y las Conferencias Nacionales de Políticas Públicas; y a nivel local, el Presupuesto Participativo y los Consejos Municipales de Políticas Públicas. Las innovaciones democráticas digitales extendieron la participación en el Poder Legislativo nacional. Brasil cuenta con el primer caso de ley elaborado a través de un proceso colaborativo online (crowdsourcing), el llamado Marco Civil de Internet.